El Tribunal Oral Federal de Jujuy finalmente condenó a
Milagro Sala a una pena de 3 años de prisión en suspenso por haber instigado a
un escrache contra el gobernador Gerardo Morales, ocurrido en 2009. Los
fundamentos finales serán dados los primeros días de febrero, pero la defensa
ya anunció que apelará el fallo. Otros dos integrantes de la Tupac Amaru, Graciela
López y Ramón Salvatierra, fueron condenados a tres y dos años respectivamente
por “daño agravado”.
El gobierno persiguió afanosamente este fallo porque
necesitaba una condena que justifique un año de detención de Sala sin
sentencia. Su querella había solicitado la pena máxima de 8 años de prisión.
Por el contrario, una absolución hubiera significado una desautorización,
especialmente después de los reclamos internacionales de la ONU y la OEA.
Morales reunió a la mesa nacional del comité de la UCR para
que respalde su posición, organizó un multimillonario acto-festival el 9 de
diciembre “por la paz y las libertades civiles” y montó una campaña mediática
utilizando otros casos de agresiones de parte de la Tupac Amaru a trabajadores
cuando no era esto lo que se estaba discutiendo en la sala. El juicio estuvo
atravesado por todo tipo de irregularidades y testimonios inconsistentes. Su
resultado arroja un grave antecedente contra la protesta y las luchas sociales.
Apenas un puñado de ex funcionarios kirchneristas y algunos
militantes de la Tupac se movilizaron al juzgado a aguardar la sentencia. Al
momento de pronunciar sus últimas palabras, Sala ensayó una suerte de breve
descargo político que redundó en los lugares comunes sobre “devolver la cultura
del trabajo” y una defensa lateral al kirchnerismo.
Un proceso de larga data
El procesamiento de Sala por el escrache a Morales fue la
espada de Damocles que pendía sobre la cabeza de Milagro desde el 2009 y fue
utilizado por el kirchenrismo como un elemento para “contener” a la Tupac.
Recordemos que esta fue una de las pocas causas contra Sala que siguió su curso
mientras las demás se cajoneaban.
En 2015, Sala solicitó una probation en esta causa y la
Justicia –cuando todavía gobernaba el kirchnersimo– se la denegó. En abril de
2015, después de una movilización de más de 5000 mil personas, solicitó la
suspensión del juicio a prueba y ofreció a cambio realizar tareas comunitarias
en la Secretaría de Prevención de la Drogadicción provincial y pagar una multa
10.000 pesos. Tampoco tuvo resultado.
Como sigue
El gobierno ha armado una seguidilla de procesos que busca
mantener a Sala detenida indefinidamente. Desde ya Milagro va a continuar presa
por las otras causas que tiene pendiente. El juicio contravencional por el
acampe es la próxima instancia que le espera. Queda claro que el gobierno de
Morales sólo ha podido avanzar en causas vinculadas a la protesta social,
mientras encuentra terribles límites para avanzar en las que tienen que ver con
desvío de fondos,
corrupción y asociación ilícita, porque involucran a todo el
entramado político y empresarial de la provincia, inclusive dirigentes
nacionales.
Desde el Partido Obrero repudiamos este fallo y denunciamos
la puesta en escena ordenada por Morales. Todos los abusos cometidos en este
proceso mañana podrán ser utilizados contra los luchadores. Reclamamos la
absolución de Sala en las causas que afectan el derecho a la protesta y el cese
de su detención arbitraria mientras se consustancian las demás causas
judiciales en las que se la investiga.
Iñaki Aldasoro
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