En un primer balance y tomando
los resultados preliminares, podemos confirmar una gran elección del Frente de
Izquierda en Jujuy, instalándose como la segunda lista más votada de la
provincia, con un 12,5%.
Estos guarismos anuncian la
posibilidad en las generales de octubre de romper el piso histórico del 5%
proscriptivo de la provincia, instalar una representación obrera y socialista
en la Legislatura y pelear por los lugares en los concejos.
Los picos más importantes fueron en capital
(18%) y Palpalá (15%), y un escalón abajo el resto de los distritos: Ledesma
(8%), San Pedro (8%), Perico-El Carmen (8%), Tilcara (9%), Humahuaca (10%).
Sólo el Frente de Izquierda ha levantado las
banderas del derecho al trabajo, en blanco y con salario mínimo igual a la
canasta familiar, de la juventud que quiere estudiar, de las mujeres contra la
violencia que sufren y la responsabilidad del Estado, por el acceso a salud de
calidad, el 82% móvil -es decir, la agenda de los más amplios sectores de la
población.
Estos planteos frente al
escenario político que ponía como opciones al radicalismo, que gobierna junto
al Frente Renovador, y que ataca, despide y reprime; y al peronismo, que viene
de gobernar la provincia durante décadas y es el responsable de llevar a la
ruina a miles de familias, es lo que explica este salto fenomenal en la
votación, más del doble con respecto a 2015.
La gran elección del Frente de
Izquierda empalma con un cuadro político concreto: el derrumbe del
kirchnerismo, que gobernó por más de una década la provincia, y el actual
gobierno (UCR-FR), que ha mostrado tempranamente sus límites para ofrecer una
salida a los trabajadores: pérdida de puesto de trabajo, paritarias a la baja
cerradas por decreto, el intento de regimentación de las manifestaciones
populares, la persecución a sindicatos y luchadores, etcétera.
Crisis en la UCR y un PJ que se divorcia de
los K
El dato de la jornada, además de
la gran elección del FIT, es la brutal caída de votos de Cambiemos-UCR, que lo
obliga a rediscutir y modificar esquemas de cara a octubre. El gobierno
manejaba datos de encuestas que le daban una intención de voto de un 50% a su
lista, que lo llevó rápidamente a desprenderse de sus socios del massismo
(inclusive especulaba ir con listas separadas en octubre para no darle ni un
cargo provincial de más). Sin embargo, terminó sacando el 36% y el PJ quedó muy
cerca con casi el 30%. Esta caída, que no pudieron ocultar ni los medios más
oficialistas, se debe a los límites del propio gobierno. La pérdida de cientos
de puestos de trabajo, el derrumbe de los anuncios del Plan Belgrano y los
tironeos alrededor de la detención de Milagro Sala fueron factores fuertes de
desgaste. Su candidato a senador, Mario Fiad, tuvo que renunciar como ministro
de Salud por las movilizaciones de profesionales y reclamos contra el
vaciamiento del sistema de salud provincial. A esto se le suma el malestar
general por los despidos y pérdida del poder adquisitivo, conflicto en
docentes, salud, estatales, la represión y persecución a los que reclaman.
El PJ logró reunir el 30% de los votos en
medio de una gran interna (seis listas). Sin embargo, ninguna se manifestó como
la continuadora de la línea nac&pop. La lista ganadora de la interna,
encabezada por Guillermo Snopek y José Luis Martiarena, está sindicada como la
“pata” peronista de Cambiemos, por su excelente relación con los dirigentes del
PRO nacional (el propio Snopek ha sido un votador serial de las leyes del
ajuste en el Congreso Nacional).
El massimo, que venía de ganar
las elecciones presidenciales en 2015 en Jujuy y de darle el empujón final a
Gerardo Morales para alcanzar la gobernación, viene en caída libre: perdió el
control del PJ (intervenido por el PJ Nacional) y una serie de disputas
internas lo llevaron a presentar varias listas. Sumando las tres, llegó al
12,9%, apenas superando al FIT.
Octubre, un nuevo escenario
En octubre se van a agregar a la elección las
categorías provinciales: legisladores y concejales. Aquí se van a jugar el todo
por el todo los aparatos de los punteros políticos y se van a volcar
millonarios recursos. El desafío es poder mantener al FIT como el canal de
expresión de un amplio sector de las masas que no encuentran ninguna respuesta
a sus reclamos, que rechazan el ajuste, que rechazan el atropello por parte del
gobierno y no encuentran contención en la oposición patronal.
Una campaña militante
La campaña del Partido Obrero y del Frente de
Izquierda ha sido una campaña militante, de intervención en los procesos de
lucha que se han desenvuelto en la provincia. Nos hemos preparado para dar
batalla en el terreno electoral sin abandonar los conflictos que se desataron
en la provincia: estuvimos junto a los obreros de los ingenios Ledesma y La
Esperanza, en la crisis de la salud, estatales y docentes, en las
movilizaciones contra los femicidios y la violencia de género, junto a la
juventud en defensa de la educación pública y contra la represión.
El Partido Obrero va a seguir batallando,
interviniendo en los conflictos, y va a redoblar sus fuerzas para llegar a
octubre reforzando una alternativa política independiente de los trabajadores.
Ese es nuestro compromiso.
Iñaki Aldasoro
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